Frio...

Este frio en las noches me calienta más que el calor. Eso explica mi situación. Si no me entiendes de seguro es porque no mereces estar conmigo más de algunas veces. Aunque quizás me sorprendas y me calientes como lo imagino. Aunque quizás te sorprenda y termine dándote más frio. Pero algo si te digo… Te quiero aquí conmigo. Aunque sea solo una noche, aunque sea solo esta noche, quédate aquí y calentemos este piso.

Este frio en las noches me calienta más que el calor. Siento La Luna casi como el sol. Me sube la marea y la espuma. Quizás también la estás viendo y pensando lo mismo, quizás hasta imaginas que yo pienso lo mismo. Lo sé, solo lo imagino. La verdad es que te quiero aquí conmigo. La verdad es que te quiero calentar mas a ti que tu a mí. Lo sabes. Me conoces un chin. Me calienta calentarte. Me calienta verte tan fría esperando que te caliente.

Confieso

La esperanza es tan dulce que la promesa tan vaga ya no me sirve
Me hundo en el rio de mis lágrimas que se seca al Sol con el tiempo
Ya no te encuentro donde se que no estas
Antes siempre lo hacia

Te me escurres entre los dedos como el viento que nunca he podido atrapar
Te me adelantas como el tiempo que nunca se detiene
Te me pierdes donde ya no puedo respirar
Te me vas y ya no te puedo retener

Ya no puedo volar sin pensar en el dolor de cuando aterrice sobre las rosas
Cuando queda la noche es que me doy cuenta de que no
De que los besos son solo para los enamorados
De que cuando despierte ya no estarás a mi lado

Te sueño, te sueño una y otra vez más abriendo y cerrando las piernas
Llorando con el pelo sobre la mesa y los recuerdos en las manos
Riendo con el trofeo sobre tus brazos y los planes en la cabeza
Riendo, llorando, sin saber bien como proceder

Te imagino rogándome que ya no te quiera tanto
Que no te piense en sobredosis
Te confieso con mi corazón que ya no te quiero
Te confieso que aunque ya no te quiera te sigo amando

Camino

Salió del rincón en donde estaba. Como si fuera necesario tanto alboroto. Ya casi llego a la meta y lo que más quiero es devolverme para disfrutar otra vez del camino. Prefiero el sabor del sudor en mis labios que ese pérfido trofeo de oro. Prefiero tropezar con una piedra y partirme la boca y la nariz que sentarme a hablar disparates con el trofeo metido en una maldita vitrina a mis espaldas. El me exhibirá a mí, y no yo a él.

Aun quedan tantos caminos por recorrer, tantas piedras que pisotear, tanto viento por sentir en la cara, tanta lluvia que saborear con la lengua, tanto sol para proteger a los ojos, tantos cadillos que se peguen en las piernas, hasta tantas distracciones para parar un rato.

Me voy trotando hasta que ya no pueda.

Que?

Aun así te apostaría. Así como aposte la mitad de la casa. No me gusta no saber, y tú sí que lo sabes bien. Es que ya no puedo más, entiéndelo, no vale que te explique más. Me importa un culo todo lo que pueda pasar. Hoy estoy animado, queda demasiado por ganar y nada que perder.

Mira el camino como esta, tan sucio de tinta y cabellos arrancados. Mis pies están demasiado sucios ya. Necesito un trago de eso, o aunque sea una gota del cielo, de lluvia, aunque acida sea. Necesito; nunca pensé que diría esa palabra tan animadamente, si es que estoy animado. Dámelo. Oye, ya estoy ordenando. Total, sé que voy a perder, pero es bueno imaginarme que me equivoco contigo. No te resistas, lo que sea será mejor que esto. Lo sabes.

Mira como estoy. No te pido que me perdones. No me importa.

Me excita no pensar.

Te imagino

Ya no hay más que hablar, sugiere este largo silencio entre los dos. La fría brisa me hace sentir un cosquilleo pero tú permaneces inmóvil, como si pasara a través de tu cuerpo. Diría que estas muerta si no te viera inflar levemente cada vez que dejas entrar aire a tus pulmones. Pero lo sé, ya no hay más que hablar y ni lo intento, lo acepto, y veo que no estás pensando; cuando lo haces miras fijamente algo, y ahora la corriente del rio, las piedras, los arboles, y las nubes te distraen de hacerlo.

Tampoco quiero estar pensando pero no puedo, no puedo dejar de pensarte, y odio esto, odio pensar tanto en ti, no me gusta ni siquiera pensar que pienso tanto en ti. Me controlas sin saberlo. Seguramente lo has imaginado.

Te imagino imaginando tantas cosas, imaginando como imagino yo las cosas. Quizás imaginamos lo mismo, eso imagino. Te creo cuando me hablas, aunque imagino que no es cierto. Te imagino coloreándome en uno de esos cuadernos en blanco, pero no imagino los colores.

Ya tengo que irme, tengo algunas cosas que hacer. Dejo de imaginarte cuando miro el reloj. Ya es tarde.